Little Handmaids of
Our Sorrowful Mother
  • Home
  • Invitation
  • Charism
  • Insights into True Devotion
  • Formation Plan
  • Contact us
  • Seven Sorrows Rosary
  • Divine Mercy
  • From Our Spiritual Director
  • Total Consecration
  • Third Anniversary
  • Into His Marvelous Light
  • Angels
  • Spiritual Reflections Blog
  • Links
  • *ESPAÑOL*
  • Ven hacia la Cruz
  • ENTENDIMIENTOS DE LIBRO DE SAN LUIS DE MONTFORT
  • Carisma
  • Plan de Formacion
  • Testimonios en Español
  • BLOG DE REFLEXIONES
  • Rosario de los 7 Dolores de la Santisima Virgen Maria
  • La Divina Misericordia
  • Consagracion Total
  • Lectio Divina en Español
  • Este Es Mi Hijo Amado
  • enlaces

Este Es Mi Hijo Amado

Picture
Cuando Sofía fue diagnosticada por primera vez con desorden de desarrollo penetrante a la edad de 4 años, fue un tiempo espantoso. Entonces vivíamos en una ciudad donde no teníamos familiares ni amigos; este era el único lugar en donde Charles pudo encontrar trabajo en esos tiempos. El no aceptaba la gravedad de los problemas de desarrollo de nuestra hija menor. Por eso yo me sentía terriblemente sola. Un día cuando iba al supermercado con Sofía, mire hacia mi derecha y por un segundo pude ver a Jesús caminando en la misma dirección que yo. Sin decir ninguna palabra, Jesús muy claramente me dijo: “No tengas miedo; no estás sola; Yo estoy contigo. Vamos juntos hacia la misma dirección.”

            Cuando Sofía estaba muy joven, me era muy difícil llevarla conmigo a Misa, Pero yo sabía que el Señor Jesús así lo quería. Ella no podía estarse quieta, y no podía estar callada, aun aunque no podía comunicarse con casi nada de palabras. Dios le ha regalado a Sofía el don de tener una voz muy bonita y también puede aprenderse la melodía de una canción rápidamente, le encantaba cantar en la Misa: “Jingle Bells,” “Puff the Magic Dragon,” o la canción que “el Espíritu Santo  le hacía sentir”. Por un tiempo nos sentábamos en el cuarto “de los niños que lloran,” pero parecía ser que hasta para las personas en este cuarto Sofía causaba mucha distracción. 

Entonces empecé a sacarla para afuera a caminar por el hermoso jardín, nos tomábamos turnos cantando canciones, yo le hablaba de Jesús y de María cuando visitábamos las estatuas tan bonitas que se encontraban en el jardín de la Iglesia. Nunca se me olvidara el día en que Sofía se trepo en la estatua de La Virgen con el niño Jesús, hasta que pudo ver de cerca al niño en los brazos de María, y de inmediato exclamo con un asombro que nunca le había oído a nadie desde entonces: “El Niño Jesús!”  Siempre volvíamos a entrar a la Iglesia a tiempo para recibir la Comunión, y Sofía recibía la bendición del sacerdote.

Un día Domingo Sofía se encontraba enferma, y la deje con su papa y me fui a Misa con mi hija la mayor. Una amiga me dijo, “Ahora sí que vas a poder disfrutar de la Misa” y yo no muy bien convencida (porque extrañaba a Sofía) le dije que “Si”, pero si tuve la esperanza de poder disfrutar de la Misa un poco más. Pero no fue así. Lo sorprendente fue, no solo que estuviera extrañando a Sofía; pero me di cuenta de que no estaba viviendo con la misma intensidad la cercanía con Jesús, como cuando me acompañaba Sofía. Unas noches después tuve un sueño, en donde yo estaba hincada atrás de Sofía, y yo la abrazaba con mucho amor, diciéndole, “Te quiero mucho, Jesús…” una y otra vez. Esta fue la primera vez que Dios me demostró claramente que, en el querer a Sofía, yo lo estoy amando y sirviendo a Él.

Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo". (Mt 25:40).
 

Cuando Sofía tenía como 8 años, nosotros pertenecíamos a una parroquia en donde el sacerdote se molestaba mucho por los constantes ruidos y movimientos de Sofía. Un Domingo, cuando entraba a la Iglesia con mis dos hijas (Y Sofía como siempre haciendo sus “ruidos” usuales), El Padre ni siquiera nos saludo, tan solo nos hizo una señal para que nos fuéramos al “cuarto donde lloran los niños” Mi corazón fue dolorosamente traspasado, porque me di cuenta que mi amada hija no era bienvenida con sus “ruidos” me lleve a Sofía al cuarto donde lloran los niños, pero la que lloraba era yo. Lagrimas corrían por mi rostro mientras en silencio pensaba y lloraba recordando todos los lugares en donde Sofía había sido excluida o rechazada. Pero me dolió mas que todo que nuestro sacerdote nos hubiera excluido. Pero yo sabía muy bien porque estábamos ahí. Yo sabía que estábamos ahí para honrar a Jesús, no al sacerdote, y entonces empecé a decirle a Dios mientras lloraba: “Estamos aquí para ti Señor, y de inmediato me respondió, “Ustedes (mis dos hijas y yo) son bienvenidas a mi Corazón.” Y fui inmediatamente consolada por el Amor de Dios.

Un poco después, el Nuestro Señor me dirigió a una Iglesia en donde todos los miembros de mi familia estaban bienvenidos y tiernamente queridos. Esta fue la parroquia en donde Sofía hizo su Primera Comunión. Fue una Misa celebrada especialmente para ella, y brillaba como la hija amada del Señor, cuando El vino a ella en Su Santo Sacramento. También era amada por todas las personas que ayudaron para que este día fuera muy especial. Fue preparada para recibir el Sacramento por una señora muy bondadosa—quien sigue siendo mi amiga—y que siempre nos recibe en su casa con ternura, llamando a Sofía “Mi Ángel.”  En esta misa tan especial, mi imperativa hija recibió con mucha calma y reverencia a Nuestro Señor Jesús. Después de la Misa de Primera Comunión, el grupo de oración que había organizado la Misa, organizo también una Hermosa recepción donde Sofía recibió muchos regalos especiales.

 Trece años después, Sofía sigue siendo una niña especial en su desarrollo. Su vida es todavía un gran reto para ella, para mí y para mi esposo. Hace unas semanas mi esposo estuvo trabajando toda la noche, y pues Sofía y yo estábamos solas en la casa. A las 4:30 de la mañana desperté con los gritos de Sofía, y me fui de inmediato para su cama, ella estaba quejándose fuertemente. Sin saber yo cual era su problema, porque ella no me lo puede decir, trate de calmarla hablándole suavemente. Grito de nuevo y me pego. Creo que había tenido una pesadilla.

Entonces me senté a su lado y rece por ella. Después empecé a rezar la coronilla de la Divina Misericordia. Esta es la oración que hago cuando tengo “necesidades urgentes”, porque Jesús le dijo a Santa Faustina que podemos obtener cualquier cosa que esté de acuerdo con la voluntad de Dios por medio de la oración de esta coronilla, y si confiamos el El mientras la rezamos. Estaba yo meditando en los misterios dolorosos mientras la rezaba, y cuando llegue al cuarto misterio—Jesús con la cruz a cuestas—se me vino a la mente una imagen muy fuerte, y sentí la presencia del Señor por medio de esa imagen.

En esta imagen, Jesús estaba sentado en el suelo bajo la su Cruz, estaba muy cansado como para levantarse y yo estaba sentada enseguida de Él, y me sentía igual que El. En la imagen yo veía como Jesús y yo recargábamos nuestras cabezas uno al otro, y sentí que éramos uno en nuestro sufrimiento. No les puedo describir el Consuelo que sentí por medio de esta experiencia. Mientras sentía esto, Sofía se calmo totalmente, y las dos pudimos volver a dormir.

“Ciertamente llevo el nuestras enfermedades, y sufrió nuestros Dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido...” (Isaias 53:4)


Desde entonces medito sobre esta imagen que tuve. Me acorde que solo vi una sola Cruz, y me dije, porque no vi la cruz de Sofía ni la mía. Dios me ha dado el entendimiento de que cuando nosotros compartimos nuestros sufrimientos con El, solo existe una sola cruz: La Cruz de Jesucristo.

 

El Amor es también la fuente más plena de la respuesta a la pregunta sobre el sentido del sufrimiento. Esta pregunta ha sido dada por Dios al hombre en la cruz de Jesucristo.

 (Carta apostólica “Sobre el sentido cristiano del sufrimiento humano” (#13)

 Por el Beato Juan Pablo II)




 


Bendito es el fruto de tu vientre


Picture
Cami Murphy tiene planes de escribir un libro sobre el amor que Dios Padre le tiene a los niños especiales y a sus papas. Cami esta buscando testimonios de parte de padres de familia con niños especiales y que han sentido de alguna forma la presencia de Dios por medio de sus hijos especiales. Por favor escriba un email a la siguiente direccion:  cmourfathersbeloved61@gmail.com

Powered by Create your own unique website with customizable templates.